miércoles, 12 de enero de 2011

Obstaculizar el trabajo abnegado, ¿Tradición linarense? Juan Gajardo Quintana

"La vida de abnegación es casi siempre más agradable que la amargura. " Pío Baroja
Es usual que aquellos que no tocan la inmundicia ni con la punta de las uñas, sean los que más critican a los sufridos y estoicos aseadores. Por eso no es de extrañar, aunque a mí aún me escandaliza, la forma como anónimos linarenses, pero también personeros que deberían tener una actitud distinta, critican el accionar de la Sociedad Protectora de Animales. Es realmente impactante como se atribuyen niveles de exigencia, sin reflexionar ni por un breve momento el carácter del trabajo que realiza esta institución sin fines de lucro, en el cual su principal dirigente, invierte su tiempo y dedicación en forma absolutamente gratis, es decir, sin recibir el más mísero peso.
Ahora, entiendo yo, que por encontrarse el Alcalde, don Rolando Rentería, en el extranjero, el Concejo Municipal decidió tomar algunas decisiones, cuya interpretación más directa es que pone en tela de juicio el abnegado trabajo de la institución benéfica. El señor Rentería comprendió cabalmente la importancia y la magnitud de la tarea el ámbito en cuestión y se la jugó por incrementar la ayuda a la entidad, pese a las voces en contra que existen dentro y fuera de la corporación edilicia. Debemos suponer que, encontrándose ausente la primera autoridad comunal, esas voces pueden sonar más fuerte e imponerse a la hora de las determinaciones.
Un informe supuestamente técnico, que de acuerdo a un concejal que participó en un programa radial, fue emanado por Higiene Ambiental, sirve para condicionar la ayuda municipal al fatigoso trabajo que día a día realiza la encargada del canil, absolutamente sola.
Este “exhaustivo” informe tiene la particularidad, según el mismo concejal, de exigir mejora en las condiciones en que se encuentran actualmente los habitáculos de los animales refugiados. Lo extraño es que esa exigencia, en primer lugar, no llega a manos de quienes deberían someterse a ella. El documento pasa de largo hacia el Concejo o no es derivado posteriormente a su destinatario natural. Por otra parte, no se tienen noticias de apersonamiento de funcionarios en terreno para verificar lo que se supone contiene dicho documento. Menos entrevista o solicitud de información a los representantes de la entidad benefactora.
Es extraño el concepto de transparencia que ha dado muestras de poseer este colectivo de representantes de la comunidad. Cuando a nivel gubernamental se hacen esfuerzos para acercar la gestión a la gente, a nivel comunal se convierte en costumbre la circulación de oficios con desconocimiento de los afectados. Más aún, la sesión que generalmente tiene carácter público, por decisión del mismo cuerpo colegiado, se realiza previo desalojo de los interesados presentes en la ocasión.
Existen mejores causas para que intervengan dispositivos como el caso de Higiene Ambiental y a menudo echamos de menos su accionar, justificado la mayoría de las veces por su escasez de atribuciones legales. En esta ocasión, la necesidad y el tamaño del problema, aconseja unir fuerzas en bien de la comunidad y no debilitar el trabajo de la única institución que está haciendo algo al respecto y afectando la voluntad y entrega de esta persona que merece el respaldo y la admiración por la ingente tarea que se echó sobre la espalda por amor a los animales y por el bien de la comunidad humana de Linares.

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