jueves, 20 de enero de 2011

Profetas y seguidores



Juan Gajardo Quintana

No sé si es perder tiempo dedicarle líneas a uno más de los personajes esperpénticos que cruzan nuestra vida nacional, puesto que al considerarlo nosotros un ente que proyecta malas vibras al entorno social, darle tribuna es algo que redunda en contra de lo que pensamos. En todo caso, medios de la mayor envergadura le han otorgado espacio con el fin de la que la población se entere de su “drama”. Es que ejemplares como el “profeta” de Peñalolén ejercen por desgracia fascinación entre la población chilena, tan deprivada de conceptos y educación humana elemental. Proliferan por la radio y la tv, ofreciendo curas milagrosas y amuletos de todo tipo para hacer caer a la pobre gente ignorante. Hace poco en un medio local, un sujeto ofrecía una flor de los siete poderes, mezclando en su perorata prédicas evangélicas con el oscurantismo más grotesco. Repentinamente desapareció de la televisión y más tarde supimos cómo desplumó a humildes campesinos y dueñas de casa. Cómo no recordar a aquel iluminado que hizo llover oro entre sus delirantes seguidores, que aun demostrándoseles más tarde que todo había sido un truco, mantenían la “fe” a toda prueba. La fe es una necesidad. Y parece que el ser engañado también, para felicidad de toda clase de embusteros en todos los ámbitos del quehacer humano. Pero estos truhanes de poca monta, que hacen su agosto entre los más vulnerables, lábiles en lo social, económico, educativo y también en lo mental, tienen sus émulos, es decir, imitadores, a niveles superiores de la sociedad, en organizaciones prestigiosas a fuer de antiguas y consagradas, que ofrecen la felicidad en la tierra con proyectos sociales y educativos inalcanzables y la paz eterna siempre y cuando se mantenga ciego, sordo y mudo a las incoherencias y contradicciones de sus guías y pastores. El miedo a la libertad, se acuerdo a Eric Fromm, nos lleva a renunciar a nuestra voluntad y depositar la confianza en individuos cuyo mayor mérito es el de infundirnos la convicción que somos incapaces de conducir nuestra propia vida.
Lo curioso, no obstante, es que el personajillo en cuestión a nadie ha convencido de nada, pues nunca ha pretendido dar a conocer una doctrina o un plan de salvación. Ni siquiera ofrece pócimas de la virtud. El mensaje es él mismo. Lo único que ha repetido hasta al cansancio, parece, es que Dios desde el cielo le conminó a establecerse con el máximo de mujeres posibles, encontrando para ello gente en disposición de prodigárselas, porque en este mundo hay gente pa’ todo, como lo expresa la canción de Serrat. Con ese sustento doctrinal estableció su finca en un lugar llamado Chanta o Champa, cerca de Peñalolén y ahí con las limosnas de los fieles y el trabajo de sus esposas, esclavizadas, según las desagradecidas, estaba sacando adelante su proyecto. Su próximo paso es irse a Israel. ¿Deseará ese sacrificado y empeñoso país recibir a este emprendedor? Tal vez les serviría para sus planes de poblamiento, no se me ocurre otra cosa. Además se soba las manos, esperando a aquella iluminada que rogó por una hija a quien criar para ofrecerla a esta sacra dignidad. El problema del santo, como se aprecia, es que descuidó la salud espiritual de sus doncellas, las cuales olvidaron, según él, las bases de la fe y se entregaron a las prácticas de una vida un poco más propia de gente normal. Ni siquiera los santos palmetazos y coscorrones las reingresaron al buen camino. Ahora, las otrora consagradas discípulas, que alegan que nada saben hacer para subsistir, por lo menos tres de ellas que son hijas de un pobre hombre que vive con 75.000 pesos mensuales, se entregan a la molicie junto a su docena de chiquillos, hasta que seguramente descubran que su padre nunca les podrá dar los que les puede entregar su “señor”. Otra cosa hubiera sido si ese caballero les hubiese enseñado a hacer algo útil en su vida, como estudiar, por ejemplo. Pero es sabido que para un sector de la humanidad, haya la situación que haya, la palabra esfuerzo y trabajo son vocablos incomprensibles. En fin, reconozcamos que hay muchos chilenos que admiran y envidian a su santidad de Peñalolén.

domingo, 16 de enero de 2011

PSU: Lenguaje a la baja


por J.O.G.

Solo hay mundo donde hay lenguaje (Martin Heidegger)

Pese a las congratulaciones, descorchados de botellas y la legítima alegría de los triunfadores, no deja de preocuparme a mí los resultados de la PSU. A mí, que ninguna responsabilidad tengo en el evento. Menos poseo influencia en las decisiones que en el sistema se deben tomar. Me gustaría, eso sí, por lo menos, traspasar mis habilidades en el plano de lo verbal, ya sea vía cátedra o por ósmosis. Como el sistema educacional de mi tierra natal no me ha considerado digno de ejercer mi salutífera influencia pedagógica, para extrañeza de quienes han sido mis alumnos y que hoy se reparten por diversas universidades y empresas, por lo menos me adjudico la oportunidad de expresar mis sentimientos y apreciaciones mediante esta tribuna de opinión.
Me llama la atención, así de sopetón, la extraordinaria diferencia entre la cantidad de “puntajes nacionales” entre matemática y lenguaje: 453 en la primera y 3 en el segundo. Esta situación es similar a lo que viene aconteciendo en años anteriores. ¿Es que somos un país de matemáticos? La gran cantidad de nombres señeros en el ámbito de las letras que ha dado nuestra tierra, demuestra lo contrario. ¿Será, entonces, que en el plano de la visión económica imperante, es el dominio de los números el que ha cobrado una importancia tal, que las habilidades verbales se han convertido en cualidades de segunda clase? Sondeando las opiniones de nuestros alumnos, es realmente efectivo que la lectura, la capacidad de hablar, escuchar y leer, han perdido el sitial que antaño tuvieron. Por otra parte, en este supermercado del conocimiento y de las carreras profesionales, no hay por donde perderse que aquellas asociadas con la suma y la resta la llevan. Apareadas a estas profesiones están los conceptos de productividad, eficiencia y, por sobre todo, utilidades. Así también queda en evidencia al apreciar que varios de los altos puntajes que, impresionados por las franquicias ofrecidas a los postulantes a pedagogía, habían pensado seguir ese camino, una vez conocidos sus resultados, cambiaron rápidamente por alternativas más prometedoras.
Por otra parte, la tortura a que los alumnos son sometidos año tras año en procura de buenos puntajes en el SIMCE y la PSU, no está dando los resultados que, digamos ingenuamente, esperaron los líderes educativos a nivel técnico y maestros. Ya lo denunció un ex personero del plan Chile 2020: el “simcismo” y el “psucismo”, están atrofiando las mentes de nuestros estudiantes y demás está decir que los talleres que en el curriculum se implementan en los liceos, terminan transformándose en salvavidas para subir el promedio en las asignaturas del plan mínimo.
¿Qué vamos a hacer en un país lleno de científicos, matemáticos y economistas, sin individuos que sepan dialogar, discutir y parar un discurso coherente acerca de nuestra problemática como sociedad? Recordemos que quienes guían el devenir humano no son los científicos cuyo noble quehacer queda a disposición de la humanidad y tiene una adecuada aplicación, dependiendo de los líderes que la dirigen en el momento. Ejemplos en la historia hay demasiados acerca de cómo se han utilizado los avances científicos para el bien o para el mal. Determinar los valores que priman en una decisión, constituye una habilidad más allá de lo netamente científico, se basa en habilidades que se desarrollan a través de los estudios humanísticos donde el lenguaje es clave.
Terminemos de una vez, oh universidades, de minimizar la ponderación exigida a la parte verbal ¿O queréis seguir formando ingenieros que no saben explicar en forma inteligible lo que se proponen? ¿O economistas que son verdaderas esfinges al momento de apaciguar a la población después de sus deslices? Recordemos que muchas de las desgracias producidas por el tsunami, pudieron evitarse si los responsables hubiesen exhibido mejores habilidades comunicacionales.

miércoles, 12 de enero de 2011

Obstaculizar el trabajo abnegado, ¿Tradición linarense? Juan Gajardo Quintana

"La vida de abnegación es casi siempre más agradable que la amargura. " Pío Baroja
Es usual que aquellos que no tocan la inmundicia ni con la punta de las uñas, sean los que más critican a los sufridos y estoicos aseadores. Por eso no es de extrañar, aunque a mí aún me escandaliza, la forma como anónimos linarenses, pero también personeros que deberían tener una actitud distinta, critican el accionar de la Sociedad Protectora de Animales. Es realmente impactante como se atribuyen niveles de exigencia, sin reflexionar ni por un breve momento el carácter del trabajo que realiza esta institución sin fines de lucro, en el cual su principal dirigente, invierte su tiempo y dedicación en forma absolutamente gratis, es decir, sin recibir el más mísero peso.
Ahora, entiendo yo, que por encontrarse el Alcalde, don Rolando Rentería, en el extranjero, el Concejo Municipal decidió tomar algunas decisiones, cuya interpretación más directa es que pone en tela de juicio el abnegado trabajo de la institución benéfica. El señor Rentería comprendió cabalmente la importancia y la magnitud de la tarea el ámbito en cuestión y se la jugó por incrementar la ayuda a la entidad, pese a las voces en contra que existen dentro y fuera de la corporación edilicia. Debemos suponer que, encontrándose ausente la primera autoridad comunal, esas voces pueden sonar más fuerte e imponerse a la hora de las determinaciones.
Un informe supuestamente técnico, que de acuerdo a un concejal que participó en un programa radial, fue emanado por Higiene Ambiental, sirve para condicionar la ayuda municipal al fatigoso trabajo que día a día realiza la encargada del canil, absolutamente sola.
Este “exhaustivo” informe tiene la particularidad, según el mismo concejal, de exigir mejora en las condiciones en que se encuentran actualmente los habitáculos de los animales refugiados. Lo extraño es que esa exigencia, en primer lugar, no llega a manos de quienes deberían someterse a ella. El documento pasa de largo hacia el Concejo o no es derivado posteriormente a su destinatario natural. Por otra parte, no se tienen noticias de apersonamiento de funcionarios en terreno para verificar lo que se supone contiene dicho documento. Menos entrevista o solicitud de información a los representantes de la entidad benefactora.
Es extraño el concepto de transparencia que ha dado muestras de poseer este colectivo de representantes de la comunidad. Cuando a nivel gubernamental se hacen esfuerzos para acercar la gestión a la gente, a nivel comunal se convierte en costumbre la circulación de oficios con desconocimiento de los afectados. Más aún, la sesión que generalmente tiene carácter público, por decisión del mismo cuerpo colegiado, se realiza previo desalojo de los interesados presentes en la ocasión.
Existen mejores causas para que intervengan dispositivos como el caso de Higiene Ambiental y a menudo echamos de menos su accionar, justificado la mayoría de las veces por su escasez de atribuciones legales. En esta ocasión, la necesidad y el tamaño del problema, aconseja unir fuerzas en bien de la comunidad y no debilitar el trabajo de la única institución que está haciendo algo al respecto y afectando la voluntad y entrega de esta persona que merece el respaldo y la admiración por la ingente tarea que se echó sobre la espalda por amor a los animales y por el bien de la comunidad humana de Linares.